domingo, 24 de abril de 2011

De sueños y tactos

Hoy soñé con tus manos y las mías.
Y Se tocaban y se decían te quiero.
En silencio, las palabras pronunciadas
Por un tacto que amenaza tormentas.

Hoy soñé que partías
 y que dolía tu ausencia
Que tu recuerdo en mi memoria
era manantial de amapolas

Hoy soñé con el sabor de tus labios
Y el olor de tus hombros
Con la fuerza de tu mirada
Y el sabor de tu sexo.

Hoy soñé contigo
Y la voz de tu recuerdo
Quedó impregnada
En mi memoria. 

Me acuerdo

A veces, cuando la noche es larga y la memoria fresca.
Me acuerdo, aunque sea poquito, de ti.
De tus ojos tristes y tus labios rojos.
De tu voz, recuerdo de palabras dulces.

Me acuerdo de ti, completa y tendida a mi lado.
De tu tez blanca y el calor de tus brazos.
De esos chistes tan locales que no había que entender.

A veces, cuando la noche es larga y la memoria es fresca.
Me acuerdo de esa noche que pasamos juntos.
De ese cuerpo frágil que tu amor me dio.

A veces, y con un poco de melancolía.  
Me acuerdo, aunque sea un poquito,
me acuerdo de ti.

¿Qué te importa?

¿Qué te importa? Cuánto tarde en escribir mis letras. En soltar al viento mis palabras y mis penas. En redimir mi espacio y aliviar mi mente. ¿Qué te importa? Si me avergüenzo de mi mismo. De mis actos y mis metas. ¿Qué te importa si me evado? O me destruyo.
¿A quién le importa? El silencio de mi llanto. El canto de mi alma. ¿A quién le importan? Mi dolor, mi sufrimiento, mis problemas sordos.
¿Por qué habría alguien de leer esto? Si no vale ni la luz del monitor que lo proyecta.